Sinopsis

La obra es una evocación del origen y la formación del Planeta Tierra, proceso en el que jugaron un papel principal materiales como el barro o la arcilla. También se pretende hacer una alusión a la evolución de la vida y a la aparición del entendimiento y la inteligencia humana.

La pieza central simboliza la tierra donde predominan entre otros los tonos rojizos, verdes y amarillos que el barro, la tierra y sus minerales nos dan. La parte alta esmaltada en rojo representa al sol y la parte baja a las erupciones volcánicas y al fuego. El hombre dominó el fuego para darle a la arcilla dureza y buscar la perpetuidad en el tiempo de este material.

La parte central presenta dos huecos en los que aparece un suelo de ajedrez. El suelo de ajedrez es una metáfora. La arcilla comenzó siendo un juego para el ser humano y se convirtió en uno de los pilares más importantes de nuestra evolución durante miles de años.

En uno de los huecos emerge una esbelta pieza que transmite la grandeza de la cerámica llevándola a lo más alto. Desde su base suben los cuadros de ajedrez como símbolo de haber ganado el juego que supone nuestra propia existencia.

La boca de esta vasija acaba en negro y tiene un asa de punta para penetrar en lo más alto, profundo y oscuro del universo. En lo infinito.

Los motivos decorativos de la vasija combinan con diferentes óxidos que se obtienen de los minerales que nos ofrece la tierra.

                                                                                                                                                                                                                                                          Florentino Martín Martín