A mis padres Antonio y Rufina

Destino alfarero
Madrugada otoñal, seis de la mañana, cuando nací entre cantaros, barriles, macetas y otros tantos cacharros que se agrupaban por los pasillos, habitaciones y doblados. Mi madre escogió el mejor lugar para que yo naciera, la alfarería.
Y empecé a respirar el olor del barro, de la leña de monte quemada en el horno.
Y crecí con el sonido del torno cuando mi padre lo hacía girar, del golpeteo con la azada en el pilón para batir el barro, con los pies pisando el barro para amasarlo.
Me impregné de tu saber alfarero que nuestra familia durante muchos siglos nos fue transmitiendo y de tantas experiencias vividas con la tierra, el agua y el fuego que permitieron que mi destino fuese alfarero.
A mis padres Antonio y Rufina
Destino alfarero
Madrugada otoñal, seis de la mañana, cuando nací entre cantaros, barriles, macetas y otros tantos cacharros que se agrupaban por los pasillos, habitaciones y doblados. Mi madre escogió el mejor lugar para que yo naciera, la alfarería.
Y empecé a respirar el olor del barro, de la leña de monte quemada en el horno.
Y crecí con el sonido del torno cuando mi padre lo hacía girar, del golpeteo con la azada en el pilón para batir el barro, con los pies pisando el barro para amasarlo.
Me impregné de tu saber alfarero que nuestra familia durante muchos siglos nos fue transmitiendo y de tantas experiencias vividas con la tierra el agua y el fuego que permitieron que mi destino fuese alfarero.
HISTORIA
Florentino Martín Martín nace en Llerena (Badajoz) en 1961 en el seno de una familia con una honda raigambre alfarera. Su convivencia con el mundo de la alfarería se inicia desde muy joven de la mano de su padre, D. Antonio Martín Ruiz, uno de los artesanos más destacados de la alfarería tradicional del sur de Extremadura. Florentino Martín continua, por tanto, una de la saga familiar dedicada al noble oficio del barro más relevante de Extremadura, que ha ido legando el saber-hacer ancestral generación tras generación.
En 1986 recoge el testigo de su padre, cuando Florentino Martín, conjugando el empeño por el desarrollo de una actividad creativa y el interés por recuperar la tradición alfarera, decide encaminar su actividad profesional hacia el mundo de la cerámica. Su formación autodidacta, hacia un estilo propio, contó siempre con la orientación técnica de su progenitor y mentor.
Ya en 1989, cuando se instala como ceramista en la localidad de Llerena abriendo su propio taller donde comienza a desarrollar su actividad profesional. En estos inicios, su voluntad de evolucionar le lleva a prolongar su formación con la asistencia a cursos de formación. No en vano, una de sus inquietudes principales a lo largo de su trayectoria profesional ha sido la formación continuada para adquirir nuevos conocimientos en técnicas cerámicas que luego han sido trasladados a su propia producción.
En efecto, Florentino Martín domina con mano maestra las principales técnicas alfareras y cerámicas, orientando su producción hacia la cerámica creativa y de autor, con un estilo personalismo, una factura muy singular y un desvelo y cuidado extremo por la calidad de sus productos. La huida del estatismo le ha hecho evolucionar al margen de modismos y clasicismos trasnochados, alimentando por sí mismo un proceso creativo dirigido hacia la consecución de nuevas formas, sorprendentes acabados y estudiadas decoraciones cargadas de espontaneidad creadora.
Dominar el trabajo en el torno, en la “rueda”, no está reñido con el diseño y variedad de formas con los que dota a prácticamente cada pieza que elabora.
Se puede decir que su trabajo es artesanal y artístico, ya que es un auténtico derroche de originalidad y arte lo que encontramos en sus piezas de cerámica, donde priman los envejecimientos y combinaciones de materiales (forja, piedra, etc).
Las líneas de producción creativa se caracterizan por su sencillez y equilibrio, pudiéndose calificar como un artesano inquieto, investigador y explorador de nuevas posibilidades en la aplicación del barro. La participación en numerosas ferias de artesanía a nivel nacional le ha permitido completar sus conocimientos sobre el mercado y la comercialización del producto artesano.
La transmisión del saber-hacer ha sido otra de sus preocupaciones principales, en la búsqueda permanente de soluciones que aseguren el relevo generacional y la preservación del conocimiento artesanal. Su contribución a este reto mayor ha sido como profesor en cursos de iniciación y especialización en cerámica y alfarería a lo largo de su vida profesional, colaborando con distintas entidades e instituciones y organismos públicos.
La actividad de divulgación es otra de las facetas de Florentino Martín. Su participación en proyectos audiovisuales sobre oficios seculares y técnicas ancestrales le confiere un merecido valor en el ámbito del estudio y la investigación, aspecto escasamente desarrollado en el mundo de la artesanía.